Nos levantamos a las siete, como todos los días y después de arreglarnos, bajamos a desayunar. A continuación, Pedro nos dejó treinta minutos para completar el cuadernillo. Cuando terminamos, cogimos las mochilas y los bocadillos para irnos a ver un pozo en Cella. Más tarde visitamos un castillo militar y, finalmente, subimos el Poyo del Cid, desde donde el Campeador divisaba la llegada de sus enemigos a gran distancia y fue allí donde hicimos un “ picnic”. A continuación Pedro nos dejó tomarnos un helado.
Cuando llegamos a la residencia, hicimos el “examen”, que resultó ser una encuesta. Cuando terminamos, nos dejaron tiempo libre para arreglarnos, ducharnos y preparar las maletas para el día siguiente. A las nueve, cenamos y leímos como todas las noches un texto relacionado con el Cid. Sobre las diez, empezó la fiesta, donde había música y refrescos. Nos dejaron hasta las dos de la madrugada, y por último, nos fuimos todos a la cama.
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